La derrota del Chavismo o Madurismo en las elecciones parlamentarias del 06 de Diciembre son el primer paso importante hacia un cambio en Venezuela, pero son un paso y no el cambio.
Pese a reconocer y admirar el esfuerzo tremendo que ha puesto la Mesa de Unidad (MUD) y el logro de mantenerse unidos y aguantar todo el peso de un régimen criminal y tramposo, tenemos que estar claro que los resultados no son un cheque en blanco para la MUD. Lo primero que hay que entender es que muchas personas votaron en contra de Maduro y su régimen y no a favor de la oposición. Eso lleva a una lectura diferente, eso lleva a pensar que lo que viene diciendo la gente por años no ha sido entendido.
Hugo Chávez cometió el error de pensar que la gente votaba por sus tonteras ideológicas, cuando realmente votaban por la necesidad o la oferta de comida, vivienda y programas que ayudaran a palear la miseria. Votaron contra la inequidad y buscando inclusión. Ahora la corriente se ha revertido porque simplemente la “revolución” no cumplió.
El 07 de diciembre amaneció de fiesta Venezuela, pero me preocupa la resaca. La resaca de que la crisis económica y social sigue y pareciera que se va a empeorar, así como el mismo gobierno incapaz pareciera que no entendió el mensaje y ha decidido seguir echando gasolina al fuego.
Los cambios que necesita Venezuela no son legislativos son económicos, no se entiende como la lectura que le puede dar el gobierno a su derrota no incluya la necesidad de un viraje de 180 grados. Hasta Mugabe en Zimbabue se dio cuenta de eso en su mayor crisis, pero pareciera que Maduro simplemente no entiende.
Mi temor era que Maduro y su equipo manipulara la situación e invitaran a la oposición a un co-gobierno para el rescate del país, y al igual que en Zimbabue ganar tiempo y ganar el apoyo de los mercados internacionales fortaleciendo el poder político del régimen. Pero obviamente eso no entra en la cabeza de los narco-revolucionarios.
Un gobierno que se ha acostumbrado a vivir el día a día, sin planificación y sin controles continuará llevando el país al abismo.
Venezuela está completamente quebrada, endeudada y su única fuente de ingreso no va a servir para el rescate económico, el petróleo no subirá en los próximos años. No hay ninguna fuente seria financiera que le vaya a prestar dinero a unos ladrones incapaces como los que llevan las finanzas del país.
Hablamos de un Narco-Régimen donde son las mafias quienes están detrás del gobierno y donde la mayoría de “lideres” del gobierno o su entorno saben que su destino es en una cárcel en Estados Unidos. Su única opción es mantener el país secuestrado hasta que no se pueda más.
Muchos empresarios cercanos a régimen están construyendo puentes con la oposición hace mucho tiempo y ahora estarán cobrando los favores para continuar operando cuando llegue el cambio, algunos ministros estarán haciendo sus maletas para salir por la puerta de atrás sin hacer ruido y disfrutar de sus fortunas y en otros casos hay algunos que no tienen opción sino seguir llevando el país a su destrucción. En algunos casos es la oportunidad para abrir puentes dorados para que pueda existir una transición.
Del lado de la MUD o de la oposición, lamentablemente los caminos no son fáciles. Con un régimen que tiene secuestradas todas las instituciones, se debe abrir paso entre miles de trabas. Lo peor que puede hacer es seguir dando una ilusión de cambio inmediato o triunfalista cuando lo que viene es muy difícil. Debe ahora prestarse a aportar soluciones posibles y prepararse para la crisis, dar respuesta inmediata cuando ya se dé el desenlace terrible de la crisis humanitaria.
Se deben tener liderazgos claros en la oposición que de seriedad a las propuestas y capaces de solicitar ayudas humanitarias inmediatas, posibles prestamos inmediatos de la banca internacional o posibles ayudas de emergencia.
La crisis humanitaria en puertas será lo que defina el desenlace en el país.