OPINIÓN | Todos vuelven
“Lo que vuelve a Latinoamérica es lo peor de una mezcla de libros obsoletos con conductas autoritarias”
Publicado/Published El Planeta / El Tiempo Latino November 13, 2020
Opinión por el Dr. Carlos Ponce - Académico de Columbia University, Senior Fellow de Victims of Communism Memorial Foundation
La incapacidad de los gobiernos latinoamericanos de atender la pandemia sumada a la falta de creatividad para solventar los problemas de larga data, ha vuelto a generar el caldo de cultivo para el retorno de los populistas autoritarios de la “revolución” Rosada. No hablamos de la izquierda progresista democrática, lo que regresa es lo peor de una élite de corruptos autoritarios que usan el mensaje social para eternizarse en el poder.
La elección en México de López Obrador y la elección de Alberto Fernández, en llave con Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina, han sido simplemente el abrebocas para el regreso de la izquierda bucólica en Latinoamérica. Le ha seguido el triunfo de Luis Arce en Bolivia del partido MAS, del depuesto Evo Morales. De hecho, Evo Morales ha regresado triunfante a Bolivia y toda la corrupción, estupro y demás crímenes parecieran olvidados. Veremos a Evo gobernando Bolivia en unos pocos años.
En Panamá, el triunfó de Laurentino Cortizo en mayo de 2020 trajo al poder a la centro-izquierda, claro está, una tendencia muy pragmática.
En Ecuador todo indica que Andrés Arauz, pupilo del ex presidente y prófugo de la justicia Rafael Correa, se encamina a un posible triunfo electoral. Hay un absurdo número de 18 candidatos inscritos para competir por la presidencia y nuevamente la obsesión de poder de Guillermo Lasso, quien no gana elecciones y divide a la oposición. A menos de 3 meses de la primera vuelta electoral del 7 de febrero de 2021, las preferencias marcan a Arauz con el 49%. Arauz es simplemente el retorno del Correismo y sus malas mañas al Ecuador. Ya se ha anunciado la contratación de servicios a la dictadura cubana y el retorno del autoritarismo al estilo Correa.
En Honduras no se ve mejor cara, luego del autoritarismo de derecha de Juan Orlando Hernández, pareciera que se avanza al regreso en la sombra de Mel Zelaya. Las elecciones internas de los partidos en marzo de 2021 definirán la ruta. Por el partido de Gobierno (Partido Nacional) compite el alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura (papi a la orden) y el presidente del Congreso, Mauricio Oliva. Una victoria de la élite política fracasada tradicional representada por Oliva pondría el triunfo a la esposa de Mel Zelaya a pie de urna electoral. En Honduras el partido Liberal dejo de tener relevancia y nuevamente la elección será un pulso entre la sombra de Zelaya y el Partido Nacional. Honduras sigue hundido en una terrible crisis por la corrupción, gobiernos deficientes y la falta de voluntad del empresariado. El triunfo de Xiomara castro sería regresar a Mel al poder indirectamente.
Vienen cambios también en Brasil. Luis Ignacio (Lula) de Silva, esta aprovechando la crisis del COVID-19 para pasar factura a Jair Bolsonaro. Veremos muchos tiempos de turbulencias para una forma de gobierno autoritaria de Bolsonaro que puede llevar al retorno de Lula mediante algún candidato de su autoría. También puede ser el momento para un candidato/a de Centro que se diferencie de la corrupción de Lula y el autoritarismo de Bolsonaro en las elecciones del 2022.
El 21 de noviembre de 2021, Chile elegirá a un candidato progresista, seguramente más moderado que sus colegas en los demás países de la región. Pereciera que el exministro Francisco Vidal pudiera ser una de las figuras fuertes y posible próximo presidente de Chile.
Perú ya eliminó otro presidente y va a elecciones bajo una crisis profunda y cualquiera puede ser el resultado. Por ahora es la izquierda quien saca ventaja, por los momentos el Frente Amplio, una coalición de movimientos ciudadanos, partido comunista, grupos ecologistas, movimientos de tierra e indígenas, es la primera mayoría del Congreso y se perfila con altas posibilidades en las elecciones del 2021.
La fragilidad de Colombia continuará y las protestas siguen. Las posibilidades de la izquierda de un triunfo electoral en el 2022 crecen si eligen un candidato con mayor presencia y menos desatinado que Gustavo Petro. Un candidato de centro-Izquierda con menos dogma contradictorio, como lo ha sido Petro, probablemente va a tener mayor fuerza del electorado y por primera vez Colombia va a mirar hacia la izquierda.
Lo más seguro es que el desgobierno de Guatemala termine en una crisis de mayores proporciones y se den elecciones adelantadas.
Otro país en el cual se incrementarán las presiones es en Costa Rica, diversas averiguaciones avanzan contra Carlos Alvarado y recibe ataques de varios sectores. La propuesta de traer educadores Cubanos es un mal paso en lo que indica el incremento de la influencia de Cuba.
Uruguay recientemente estreno presidente, pero realmente ningún país esta vacunado contra la protesta social. Igual es el caso de Paraguay.
El proceso de Nicaragua pareciera una crónica de una muerte anunciada y la permanencia en el poder del tirano sanguinario, Daniel Ortega pareciera ir avanzando por la falta de posibilidades reales de la oposición para frenar el fraude electoral del próximo año.
Para Venezuela, el fraude electoral del próximo 6 de diciembre le dará de nuevo el control del parlamento al tirano Nicolas Maduro, este narco-tirano sanguinario aprovechó y aprovechará el apoyo que sigue recibiendo de Irán, China, Turquía, Cuba y Rusia para mantenerse en el poder y sumará voces a favor con el viraje a la izquierda en la región. La falta de efectividad de la propuesta de oposición light de Lopez-Guaido-G4 han dado aire al tirano y le ha permitido ganar tiempo. Tiempo y represión son las mejores herramientas de permanencia en el poder para dictaduras. Maduro simplemente aprovechará el tiempo que le tardará instalar a sus equipos a la administración de Joe Biden en Estados Unidos, sumados a las contradicciones del partido Demócrata y los cambios de colores en Latinoamérica. Maduro parece sobrevivir otro inning.
Maduro y sus secuaces saben que le vienen mejores tiempos con un renovado mapa regional y la presión que sus amigos traerán a la Organización de Estados Americanos y a la agenda internacional para vender diálogos y negociaciones que no llevan sino al mismo punto de partida.
Otro que pescará en río revuelto será el régimen cubano, que aprovechará el viraje a la izquierda y el regreso de sus amigos para inundar la región de médicos y servicios cubanos que le permitan generar ingresos y seguir sobreviviendo. Los amigos de la dictadura cubana en los gobiernos de Argentina, México y Bolivia, sumado a los posibles cambios en otros países, así como diversos grupos de apoyo en Estados Unidos, permitirán que se baje la presión contra Cuba.
Entre el autoritarismo de derecha de El Salvador, Honduras y Brasil; y el de izquierda de Nicaragua, Venezuela, Cuba y ahora Bolivia, más los avances al vacío de Argentina, parece una región explosiva.
Como lo escribí varios meses antes de la elección en El Salvador, ya era predecible el talante autoritario y populista de Nayib Bukele, su capacidad camaleónica le ha permitido estar entre izquierdas y derechas sin ningún pudor. En el 2021 seguirá incrementando su autoritarismo y presionará para cambios constitucionales o decisiones judiciales que le permita su reelección. Un tirano populista ególatra no tiene ni izquierdas ni derechas, solo tiene la obsesión por el poder.
Definitivamente las elecciones de Honduras. y Ecuador podrían lograr que todos vuelvan y se re-dibuje el mapa de la revolución Rosada. Lamentablemente no es una izquierda moderna, progresista y enfocada en una gestión eficiente del estado, así como en un balance entre el crecimiento y le inversión social. Hablamos de lo que vuelve es lo peor de una mezcla de libros obsoletos con conductas autoritarias.
Lo que nos mostraron esos mismos mandatarios en el primer capítulo de sus historias no fue nada bueno, podemos predecir entonces que vienen tiempos bastante complicados para Latinoamérica.
Otros países parecieran enfocar a un progresismo de mayor profundidad y coaliciones de centro-izquierda, como lo son los casos de Chile, Panamá y Perú. A la centro-derecha le toca ganar presencia en Brasil y preservar su espacio en Paraguay y Uruguay.
El mapa de Latinoamérica se vuelve de una mayoría izquierda bucólica/populista/autoritaria, tendrá una minoría de centro-izquierda progresista, con unos trazos de derecha populista y un vacío de gobiernos verdaderamente democráticos.
La región necesita de menos tontera ideológica, menos autoritarismo, menos corrupción, menos burocracia y menos disfuncionalidad. Lo que necesita es mandatarios que creen oportunidades de trabajo, inversión y progreso para todos. Menos de lo mismo sería mejor para la región.
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