Nuevamente los gobiernos de Ecuador, Venezuela y Brasil se encuentran conspirando activamente para la destrucción de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Cada uno por sus motivos muy particulares, de Venezuela es obvio su animadversión por la CIDH, la cual lleva más de una década descalificando y tratando de destruir en cientos de oportunidades, Ecuador por su violación fragrante a la libertad de expresión y la obsesión del Presidente Rafael Correa contra la libertad de Prensa y la actitud valiente de la Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH no dejando que eso pase desapercibido y por ultimo Brasil, por tener el complejo de super-potencia, más allá del control de cualquier mortal, haberse atrevido la CIDH a ponerse del lado de los grupos indígenas y de la sociedad civil en el ejercicio de sus derechos en un proyecto de grandes impactos ecológicos no consultado, le ha traído a la CIDH un enemigo incansable. De hecho de los tres el más peligros ha sido Brasil quien viene chantajeando a la OEA con la retención de pagos y entorpecimiento de las funciones de la organización con el objetivo de que se ponga limites a la actuación de la CIDH. Por supuesto todo lo anterior con el apoyo de una triste e ineficiente gestión de José Miguel Insulza, supuesto Secretario General de la Organización de Estados Americanos.
Estos gobiernos, de la mano de otros a los cuales no les hace gracia poder pasar por el escrutinio de la CIDH por sus pobres actuaciones para la garantía de los derechos humanos o de algunos que prefieren callar para evitar el conflicto, quieren aprovechar la Asamblea General de la OEA de Cochabamba, Bolivia, en el mes de Junio de 2012 para ampliar la discusión sobre la CIDH, proponer limitantes y tal vez llevarlo a una discusión de Cancilleres, que entre bastidores pongan limites y reduzcan a la Comisión a un mero organismo consultivo. Ya hay un documento circulando entre los Estados sobre la CIDH elaborado dentro la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos de la OEA, donde se trata de minimizar el papel de la CIDH o de "sutilmente" incluir lo que han venido tratando de incluir por un buen tiempo.
Bajo la gran mentira de querer procurar el “Fortalecimiento del Fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos” se esta revisando el proyecto de Resolución CP/CAJP-3059 incluye estrategias para que los recursos se asignen a la CIDH “de manera adecuada a las necesidades y prioridades identificadas por los mismos Órganos y por los propios Estados”, lo cual da a los gobiernos la facultad de orientar el trabajo de la CIDH, o incluye potestades de revisión para los estados del trabajo de la CIDH y bajo el pretexto de mejorar sus funciones se habla de la potestad de los Estados por lograr una “gestión más eficiente” por parte de la CIDH.
Esta no es la primera vez este año, se viene con una lucha permanente por parte de algunos gobiernos y de la sociedad civil por frenar los intentos de minimizar a al CIDH, de hecho se logro hacer no vinculantes algunas propuestas para el fortalecimiento del sistema interamericano de derechos humanos aprobadas por el Consejo Permanente en su sesión del 25 de enero de 2012 (documento CP/doc.4675/12) donde en la discusión se pretendió establecer mecanismos de control. También se logro frenar los intentos por el Secretario General de la OEA de nombrar a dedo y a su total libertad el próximo Secretario Ejecutivo de la CIDH.
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