Dr. Carlos E. Ponce S.
Publicado en Nueva Politica, Agosto 2012
Nadie esta dispuesto estructuralmente a dejar sus familias, sus amigos y la tranquilidad de sus países por el riesgo de lo desconocido o para hacer vida en otro país. Son circunstancias económicas extremas, oportunidades de investigación/desarrollo profesional o persecuciones, entre muchas causas, las que llevan a la gente a migrar. Más de 215 millones de personas, o el 3% de la población mundial, vive fuera de su país de origen. Más de 215 millones de personas, o el 3% de la población mundial, vive fuera de su país de origen. En el caso de Latinoamérica hemos visto como paso de ser una región receptora de las migraciones europeas, que buscaban mejores horizontes y recibieron apoyo en nuestros países a una zona de migraciones internas y externas. Se estima que existe 30,2 millones o 5,2% de la población de Latinoamérica inmigrante. Grandes flujos de trabajadores han migrado desde nuestros países hacia Estados Unidos por persecuciones políticas o la búsqueda de mejores oportunidades económicas . Otro grupo ha migrado a Europa aprovechando los tiempos pre-crisis y se ha dado un aumento en las migraciones entre los países de la región. Si bien la migración entre países vecinos se ha dado, como lo era en el caso de Colombia hacia Venezuela, ahora hay un juego más extenso de movilización migratoria entre diversos países. Desde Bolivia y Ecuador se movilizan a Colombia y Chile, desde Honduras, Guatemala y El Salvador hacia Costa Rica y México, y en el caso de Venezuela se ha revertido su condición de receptor hacia un exportador de profesionales hacia Colombia, Canadá, Europa y Estados Unidos. A pesar de que se piense que la migración es un asunto de países del sur en desarrollo a países desarrollados del Norte, estudios del Banco Mundial señalan que el volumen de migración sur-sur (migración entre países en desarrollo) es mayor que el de la migración del Sur a los países de ingreso alto pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Lamentablemente la migración no esta bien vista en muchos países, incluso en los que han surgido gracias a los migrantes. La discriminación migratoria no es un hecho Nuevo, a través de la historia se ha presentado frecuentemente en todas las sociedades. Pese a la importancia del trabajo de los migrantes para el desarrollo de todas las economías, frecuentemente se les estigmatiza. Desde el obrero que ayuda cumpliendo con las labores que nadie esta dispuesto a desarrollar, como limpieza de cañerías por ejemplo, a numerosos médicos y PhDs que ayudan al desarrollo tecnológico o de las ciencias, a artistas y escritores famosos, los migrantes contribuyen positivamente al desarrollo de las naciones.
Nadie esta dispuesto estructuralmente a dejar sus familias, sus amigos y la tranquilidad de sus países por el riesgo de lo desconocido o para hacer vida en otro país. Son circunstancias económicas extremas, oportunidades de investigación/desarrollo profesional o persecuciones, entre muchas causas, las que llevan a la gente a migrar. Más de 215 millones de personas, o el 3% de la población mundial, vive fuera de su país de origen. Más de 215 millones de personas, o el 3% de la población mundial, vive fuera de su país de origen. En el caso de Latinoamérica hemos visto como paso de ser una región receptora de las migraciones europeas, que buscaban mejores horizontes y recibieron apoyo en nuestros países a una zona de migraciones internas y externas. Se estima que existe 30,2 millones o 5,2% de la población de Latinoamérica inmigrante. Grandes flujos de trabajadores han migrado desde nuestros países hacia Estados Unidos por persecuciones políticas o la búsqueda de mejores oportunidades económicas . Otro grupo ha migrado a Europa aprovechando los tiempos pre-crisis y se ha dado un aumento en las migraciones entre los países de la región. Si bien la migración entre países vecinos se ha dado, como lo era en el caso de Colombia hacia Venezuela, ahora hay un juego más extenso de movilización migratoria entre diversos países. Desde Bolivia y Ecuador se movilizan a Colombia y Chile, desde Honduras, Guatemala y El Salvador hacia Costa Rica y México, y en el caso de Venezuela se ha revertido su condición de receptor hacia un exportador de profesionales hacia Colombia, Canadá, Europa y Estados Unidos. A pesar de que se piense que la migración es un asunto de países del sur en desarrollo a países desarrollados del Norte, estudios del Banco Mundial señalan que el volumen de migración sur-sur (migración entre países en desarrollo) es mayor que el de la migración del Sur a los países de ingreso alto pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Lamentablemente la migración no esta bien vista en muchos países, incluso en los que han surgido gracias a los migrantes. La discriminación migratoria no es un hecho Nuevo, a través de la historia se ha presentado frecuentemente en todas las sociedades. Pese a la importancia del trabajo de los migrantes para el desarrollo de todas las economías, frecuentemente se les estigmatiza. Desde el obrero que ayuda cumpliendo con las labores que nadie esta dispuesto a desarrollar, como limpieza de cañerías por ejemplo, a numerosos médicos y PhDs que ayudan al desarrollo tecnológico o de las ciencias, a artistas y escritores famosos, los migrantes contribuyen positivamente al desarrollo de las naciones.
Ya hemos escrito antes en “Nueva Política” sobre el tema de la discriminación hacia los inmigrantes, en particular en “Latinos Discriminados en Estados Unidos: la hipocresía de los impuestos sin beneficios” donde señalábamos la fuerza económica de los casi 11 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos y la discriminación y doble moral cuando “respecto al tema de la carga para los servicios que representan los latinos, hablamos de una sociedad y un gobierno con doble moral y una carga de hipocresía muy alta; se critica a los latinos ilegales porque utilizan el sistema educativo y el sistema de salud o porque son “una carga” para el país, pero se les olvida decir que hace 16 años (1996) se creó un Número de Identificación Fiscal Individual (Individual Taxpayer Identification Number, ITIN) para facilitar el pago de impuestos a personas que no tienen numero de Seguridad Social (Social Security Number), no importando si eres residente legal o eres ilegal”. Y es que aproximadamente 40 millones de personas son inmigrantes (legales o ilegales) no ciudadanos, los cuales contribuyen activamente a la economía de un país creado por inmigrantes.
Pero es más fácil para el Tea Party y otros grupos radicales atacar al inmigrante por supuestamente estar “robando” los puestos de empleo de los Norteamericanos que pensar que se necesita es formulas efectivas de impulsar la economía, menores proteccionismos y mayor innovación para que se generen muchos más empleos. Si eliminamos a los inmigrantes legales, ilegales, residenciados o los que se han hecho ciudadanos la verdad es que no quedarían industrias o innovación en pie. Pero por supuesto la discriminación siempre existirá. Luego del flujo migratorio europeo de comienzos de siglo a los Estados Unidos se discriminaba a los recién llegados pero ahora se les considera parte de los “caucásicos”. Lamentablemente ese no es el caso de los Latinos, ni siquiera de los que vienen de Puerto Rico (estado Libre Asociado).
En el tema de los ilegales, muchas veces no es que estos se quieran quedar abandonando sus países sin poder visitarlos y a sus familias enteras, sino que simplemente el sistema y las leyes migratorias favorecen a la inmigración ilegal por no dar alternativas.
A nivel de Europa la situación no la pintan con mejores pinceles, la discriminación contra los inmigrantes es permanente, va desde la discriminación hacia inmigrantes árabes, pasando por africanos y por supuesto en contra de los Latinoamericanos. En España, que recibe el mayor flujo de Latinoamericanos, se estima, por cifras del INE 2011, que hay 6.7 millones de inmigrantes, pero un país que debería estar agradecido de la recepción internacional a millones de españoles perseguidos durante la época de Franco o caídos en la miseria en la Guerra, los cuales encontraron fortuna en Latinoamérica, es un país donde se están dando altos niveles de persecución y racismo contra los inmigrantes de nuestra región.
Y es que los trabajadores migrantes figuran entre los grupos más perjudicados por las recesiones económicas, en parte porque, a menudo, se encuentran empleados en sectores como la construcción, servicios generales o el turismo, lo cual les hace victima fácil de grupos nacionalistas, conservadores y radicales. Es más fácil echarle la culpa al inmigrante trabajador por la pérdida de empleos que a los corruptos gubernamentales por malas políticas económicas o los grupos de poder económico por la falta de compromiso social o a los sistemas bancarios por la explotación de los mercados y los abusos de poder.
De acuerdo con Amnistía Internacional (AI), en los últimos años ha habido en España un aumento de denuncias de abusos y discriminación contra ciudadanos extranjeros y miembros de minorías étnicas, también se ha detectado un incremento preocupante de actos discriminatorios en el ámbito laboral, educativo, en el acceso a la vivienda, a lugares de ocio, etc. “Todo ello va acompañado de un alarmante crecimiento de casos de tortura y malos tratos a inmigrantes o minorías étnicas por parte de agentes del Estado”. En su informe “Parar el racismo, no a las personas: Perfiles raciales y control de la inmigración en España” (diciembre de 2011) AI expone la práctica discriminatoria e ilegal de aplicar perfiles raciales para identificar a los migrantes en situación irregular, y muestra sus negativas consecuencias para los migrantes en España. Son normales las noticias de persecuciones, golpizas, violaciones, denigraciones y asesinatos contra inmigrantes Latinoamericanos en España. Y no sólo tenemos el problema de la discriminación de los nacionales sino muchas veces entre grupos de inmigrantes entre si, por condiciones raciales, de tiempos de llegada a los países o por tantas otras razones.
En este sentido a los inmigrantes les queda sólo la alternativa de adaptarse dentro de escenarios muy difíciles y esperar lo mejor posible para sus descendentes, quienes tienen la ventaja de la asimilación a la cultura, pero tienen la dura decisión de perder sus raíces para lograr menor discriminación.
Cuando abordamos el tema de la migración, es muy fácil verlo desde el punto de vista de los nacionalismos a ultranza, pero se deja fuera todos los factores políticos, económicos, sociales y culturales que vienen ligados con el tema de la migración. Por un lado los trabajadores migrantes (de todo nivel) no sólo contribuyen a la economía de los países donde trabajan, sino que también generan un flujo redistributivo a través de las remesas que envían a sus países de origen. Billones de dólares que circulan anualmente en los mercados formales e informales producto de la diáspora. Parte del capital financiero acumulado por diásporas en el extranjero es a menudo es repatriado al país de origen en forma de remesas o inversiones directas que benefician a la comunidad natal y la población como un conjunto, y de ello se aprovechan los Estados gracias al flujo de divisas, el cobro de impuestos y cargos asociados y la generación de empleos e inversión en el país receptor. Se calcula que en 2010, los flujos de las remesas en todo el mundo excedieron los US$440.000 millones. En el caso de Haití se habla 2.100 millones de dólares el monto de las remesas enviadas a su país por los haitianos residentes en el exterior durante 2011, lo cual ha sido despilfarrado. En otros países como El Salvador, Honduras, Ecuador y Guatemala, las remesas son el principal motor de la economía. En El Salvador, entre el 15 al 20% del PIB depende de las remesas, que en su 80% provienen de Estados Unidos. En Honduras se recibe aproximadamente 2.900 millones de dólares anuales producto de las remesas familiares de los 1.6 millones de hondureños en el exterior, lo cual equivale a un 18% del PIB. En el caso del Guatemala se superan los 4.300 millones de dólares anuales en remesas. Todos estos recursos pasan en una cadena de intermediación de la cual se aprovechan muchas personas y poderes económicos. Los sistemas bancarios y los gobiernos al final son los mayores beneficiarios, pero también las mafias ilegales.
Cuadro: Flujo de remesas hacia países Latinoamericanos, Datos sobre Migración y Remesas, Banco Mundial 2011.
Detrás del tema de la migración también tenemos el tema de las mafias de tráfico de personas aprovechando su necesidad económica. Cobrándoles altas sumas para pasarlos por los corredores migratorios (bajo condiciones infra-humanas), engañándolas para introducirlas dentro de negocios de droga o prostitución, ofreciéndoles falsos servicios de legalización (abogados estafadores) y los proveedores de servicios a ilegales que se benefician de su condición para estafarlos o cobrarles altas sumas por bienes, servicios y por supuesto para el envió de las remesas. Y en los países receptores los bancos se aprovechan con altas comisiones al dinero recibido o las “Maras” y grupos ilegales cobrando porcentajes de los fondos recibidos directamente a los familiares. Vemos entonces que los migrantes son discriminados en los países de destino y explotados en sus países de origen.
Lo anterior es grave en los casos de migraciones por busca de mejores situaciones económicas, pero gravísimo en los casos de personas que son perseguidos en sus países de origen y que no les queda otra alternativa que emigrar y son explotados/discriminados en su nuevo país y no tienen la alternativa de volver. Muchos de estos profesionales que ven transformadas sus vidas por simplemente no estar de acuerdo con un régimen o una situación específica.
Por eso es que hay mucho más en el tema de la inmigración que las simples conjeturas radicales de unos pocos que hacen mucha bulla, con muchos racismos ocultos y xenofobias que simplemente es pura y clara discriminación. Al final, la falta de legislaciones actualizadas, efectivas y humanas benefician es a los grupos explotadores del inmigrante, dejando a millones de personas en una situación de desamparo y de violación de sus derechos humanos.
Pero es más fácil para el Tea Party y otros grupos radicales atacar al inmigrante por supuestamente estar “robando” los puestos de empleo de los Norteamericanos que pensar que se necesita es formulas efectivas de impulsar la economía, menores proteccionismos y mayor innovación para que se generen muchos más empleos. Si eliminamos a los inmigrantes legales, ilegales, residenciados o los que se han hecho ciudadanos la verdad es que no quedarían industrias o innovación en pie. Pero por supuesto la discriminación siempre existirá. Luego del flujo migratorio europeo de comienzos de siglo a los Estados Unidos se discriminaba a los recién llegados pero ahora se les considera parte de los “caucásicos”. Lamentablemente ese no es el caso de los Latinos, ni siquiera de los que vienen de Puerto Rico (estado Libre Asociado).
En el tema de los ilegales, muchas veces no es que estos se quieran quedar abandonando sus países sin poder visitarlos y a sus familias enteras, sino que simplemente el sistema y las leyes migratorias favorecen a la inmigración ilegal por no dar alternativas.
A nivel de Europa la situación no la pintan con mejores pinceles, la discriminación contra los inmigrantes es permanente, va desde la discriminación hacia inmigrantes árabes, pasando por africanos y por supuesto en contra de los Latinoamericanos. En España, que recibe el mayor flujo de Latinoamericanos, se estima, por cifras del INE 2011, que hay 6.7 millones de inmigrantes, pero un país que debería estar agradecido de la recepción internacional a millones de españoles perseguidos durante la época de Franco o caídos en la miseria en la Guerra, los cuales encontraron fortuna en Latinoamérica, es un país donde se están dando altos niveles de persecución y racismo contra los inmigrantes de nuestra región.
Y es que los trabajadores migrantes figuran entre los grupos más perjudicados por las recesiones económicas, en parte porque, a menudo, se encuentran empleados en sectores como la construcción, servicios generales o el turismo, lo cual les hace victima fácil de grupos nacionalistas, conservadores y radicales. Es más fácil echarle la culpa al inmigrante trabajador por la pérdida de empleos que a los corruptos gubernamentales por malas políticas económicas o los grupos de poder económico por la falta de compromiso social o a los sistemas bancarios por la explotación de los mercados y los abusos de poder.
De acuerdo con Amnistía Internacional (AI), en los últimos años ha habido en España un aumento de denuncias de abusos y discriminación contra ciudadanos extranjeros y miembros de minorías étnicas, también se ha detectado un incremento preocupante de actos discriminatorios en el ámbito laboral, educativo, en el acceso a la vivienda, a lugares de ocio, etc. “Todo ello va acompañado de un alarmante crecimiento de casos de tortura y malos tratos a inmigrantes o minorías étnicas por parte de agentes del Estado”. En su informe “Parar el racismo, no a las personas: Perfiles raciales y control de la inmigración en España” (diciembre de 2011) AI expone la práctica discriminatoria e ilegal de aplicar perfiles raciales para identificar a los migrantes en situación irregular, y muestra sus negativas consecuencias para los migrantes en España. Son normales las noticias de persecuciones, golpizas, violaciones, denigraciones y asesinatos contra inmigrantes Latinoamericanos en España. Y no sólo tenemos el problema de la discriminación de los nacionales sino muchas veces entre grupos de inmigrantes entre si, por condiciones raciales, de tiempos de llegada a los países o por tantas otras razones.
En este sentido a los inmigrantes les queda sólo la alternativa de adaptarse dentro de escenarios muy difíciles y esperar lo mejor posible para sus descendentes, quienes tienen la ventaja de la asimilación a la cultura, pero tienen la dura decisión de perder sus raíces para lograr menor discriminación.
Cuando abordamos el tema de la migración, es muy fácil verlo desde el punto de vista de los nacionalismos a ultranza, pero se deja fuera todos los factores políticos, económicos, sociales y culturales que vienen ligados con el tema de la migración. Por un lado los trabajadores migrantes (de todo nivel) no sólo contribuyen a la economía de los países donde trabajan, sino que también generan un flujo redistributivo a través de las remesas que envían a sus países de origen. Billones de dólares que circulan anualmente en los mercados formales e informales producto de la diáspora. Parte del capital financiero acumulado por diásporas en el extranjero es a menudo es repatriado al país de origen en forma de remesas o inversiones directas que benefician a la comunidad natal y la población como un conjunto, y de ello se aprovechan los Estados gracias al flujo de divisas, el cobro de impuestos y cargos asociados y la generación de empleos e inversión en el país receptor. Se calcula que en 2010, los flujos de las remesas en todo el mundo excedieron los US$440.000 millones. En el caso de Haití se habla 2.100 millones de dólares el monto de las remesas enviadas a su país por los haitianos residentes en el exterior durante 2011, lo cual ha sido despilfarrado. En otros países como El Salvador, Honduras, Ecuador y Guatemala, las remesas son el principal motor de la economía. En El Salvador, entre el 15 al 20% del PIB depende de las remesas, que en su 80% provienen de Estados Unidos. En Honduras se recibe aproximadamente 2.900 millones de dólares anuales producto de las remesas familiares de los 1.6 millones de hondureños en el exterior, lo cual equivale a un 18% del PIB. En el caso del Guatemala se superan los 4.300 millones de dólares anuales en remesas. Todos estos recursos pasan en una cadena de intermediación de la cual se aprovechan muchas personas y poderes económicos. Los sistemas bancarios y los gobiernos al final son los mayores beneficiarios, pero también las mafias ilegales.
Cuadro: Flujo de remesas hacia países Latinoamericanos, Datos sobre Migración y Remesas, Banco Mundial 2011.
Detrás del tema de la migración también tenemos el tema de las mafias de tráfico de personas aprovechando su necesidad económica. Cobrándoles altas sumas para pasarlos por los corredores migratorios (bajo condiciones infra-humanas), engañándolas para introducirlas dentro de negocios de droga o prostitución, ofreciéndoles falsos servicios de legalización (abogados estafadores) y los proveedores de servicios a ilegales que se benefician de su condición para estafarlos o cobrarles altas sumas por bienes, servicios y por supuesto para el envió de las remesas. Y en los países receptores los bancos se aprovechan con altas comisiones al dinero recibido o las “Maras” y grupos ilegales cobrando porcentajes de los fondos recibidos directamente a los familiares. Vemos entonces que los migrantes son discriminados en los países de destino y explotados en sus países de origen.
Lo anterior es grave en los casos de migraciones por busca de mejores situaciones económicas, pero gravísimo en los casos de personas que son perseguidos en sus países de origen y que no les queda otra alternativa que emigrar y son explotados/discriminados en su nuevo país y no tienen la alternativa de volver. Muchos de estos profesionales que ven transformadas sus vidas por simplemente no estar de acuerdo con un régimen o una situación específica.
Por eso es que hay mucho más en el tema de la inmigración que las simples conjeturas radicales de unos pocos que hacen mucha bulla, con muchos racismos ocultos y xenofobias que simplemente es pura y clara discriminación. Al final, la falta de legislaciones actualizadas, efectivas y humanas benefician es a los grupos explotadores del inmigrante, dejando a millones de personas en una situación de desamparo y de violación de sus derechos humanos.