Sunday, September 22, 2013

La Farsa Socialista del Siglo XXI


Hay diversos tipos de ideologías, que varían de acuerdo con las orientaciones y los niveles de libertades, estructuras económicas-sociales deseadas, etc. El socialismo mostro una cara positiva con el avance de lo que fue llamado el movimiento progresista en Latinoamérica, conformado por el modelo que impulsa una responsabilidad fiscal-económica de la mano con programas sociales efectivos, como ha sido el caso de Chile, Brasil, Uruguay, Perú y recientemente El Salvador. Pero también mostro su peor cara con el surgimiento de los modelos populistas autoritarios aplicados en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

Bajo un supuesto “Socialismo del Siglo XXI” un grupo de violentos autócratas se han aprovechado de la debilidad institucional de los países y las posibilidades del desencanto con las estructuras políticas existentes y han llegado al poder mediante elecciones limpias para luego permanecer en el poder bajo la trampa y la violación del estado de derecho.

Pero estos individuos no tienen nada de socialistas, son pragmáticos a la hora de mantener el poder; brutales contra  las libertades pero con cuentas abiertas a dólares/euros. Corruptos que les gusta hablar de moral. Mantienen un supuesto discurso social, pero su acción va orientada al enriquecimiento personal y de los grupos de apoyo.

La obsesión de poder del fallecido tirano Hugo Chávez lo llevo a delirios regionales y globales, financiando no solo el mantenimiento de la sanguinaria dictadura cubana y el chuleo de los hermanos Castro, sino la llegada al poder de Daniel Ortega en Nicaragua, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y los Kirchner en Argentina. Millones de dólares se ha llevado este intervencionismo “revolucionario” venezolano en la región, pasando del financiamiento de grupos violentos, siguiendo por el pago de elecciones de los amigos, siguiendo por el apoyo de grupos guerrilleros en Colombia y fracasados proyectos políticos en Guatemala, Honduras y Paraguay. Desde el financiamiento de falsas ONGs al financiamiento directo de candidatos o movimientos. 

De igual forma el financiamiento de falsos periodistas y falsos intelectuales que vienen apoyando la supuesta revolución, páginas web “revolucionarias”, periódicos a la medida, actores venidos a menos y una estrategia mediática internacional. Así como el show de venderse como las victimas del “imperio”.

El desgaste económico de Venezuela y la crisis de un modelo ineficiente/corrupto/impráctico, sumado a la muerte de Hugo Chávez,  ha llevado a que la chequera “revolucionaria” e intervencionista se vea limitada y eso ha llevado a cambios profundos en los países pseudo-revolucionarios.

El primero en darse cuenta de los riesgos del debilitamiento de Venezuela fue Daniel Ortega en Nicaragua, logrando pactar de inmediato con los grupos tradicionales en poder y efectuar asociaciones estratégicas económicas entre sus intereses y los intereses de los grupos privados, bancarios y las grandes familias Nicaragüenses. Eso ha llevado a que a nivel económico se vengan dando procesos de inversión abierta (siempre y cuando alguien de la familia de Ortega este en el negocio) y de capitalismo de gobierno. De hecho muchos inversionistas de Nicaragua vienen invirtiendo en otros países como es el caso de Honduras. Daniel Ortega ha terminado siendo lo mismo que el dictador que combatió décadas atrás, Anastasio Somoza. Por eso dicen que Ortega y Somoza son la misma cosa.

En el caso de Ecuador, Rafael Correa por supuesto tiene mayor preparación que el resto de sus compañeros de los países del Alba, y se ha venido asociando desde el principio de su mandato con diversos grupos económicos y aplicando políticas de mercado (capitalistas) pero ha tenido un control férreo de los medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil y cualquier iniciativa política que le pueda representar riesgo. Su modelo es similar al de muchos dictadores militares con la diferencia de que él fue elegido, pero luego ha destruido cualquier posibilidad de hacerle sombra o de que exista estado de derecho, porque en Ecuador el Estado es Correa. Es un socialista de discurso pero en la práctica no le importa pactar con transnacionales y violentar los derechos de los grupos minoritarios.


En Bolivia Evo Morales baila al ritmo del dólar, mucho discurso pero sigue teniendo a su pueblo arruinado mientras su entorno se sigue enriqueciendo. Por supuesto que también ha usado el abuso del poder para procurar su re-re-elección inconstitucional.

En Venezuela, si bien el gobierno ha evitado la negociación con el Fondo Monetario Internacional, al final igual le han vendido el país a China, dándole concesiones mineras, petroleras, manejo de telecomunicaciones, entre muchas concesiones que han permitido mantener el robo y el desastre fiscal. Lo único que tienen de socialismo o de revolución es el nombre, los grupos millonarios tradicionales se han hecho más ricos y una nueva clase de multimillonarios ligados al régimen ha surgido. Individuos con cuentas superiores a los 100 millones de dólares, lujo y derroche marcan al régimen actual en Venezuela. Bolichicos, Boliburgueses, banqueros y neochavistas con apartamentos millonarios y cuentas muy gordas en Miami y Nueva York, en la cuna del “imperio” y otros “humildemente” en Panamá. Grandes fortunas en paraísos fiscales. Nunca le había ido también a los dueños de bancos gracias a una economía ficticia basada en estructuras cambiarias controladas por el gobierno y en un país que ya no produce nada. Una economía mantenida con un petróleo cada día menos rentable, endeudamiento y lavado de droga. Una banda de criminales encabezada por Diosdado Cabello, Rafale Ramirez, Nicolas Maduro y diversos malandros de una nueva elite civico-militar. Para el pueblo escases y para los “revolucionarios” los lujos.

El falso socialismo conformado por gerontocracia asesina de los hermanos Raúl y Fidel Castro luego de más de 5 décadas continúa gracias el pago por supuestos “servicios” y a los más de 220 mil barriles de petróleo gratis que reciben de Venezuela que rápidamente re-exportan para mantener un sistema insostenible de pobreza sistémica y violaciones permanentes a los derechos humanos. Gracias a Hugo Chávez y ahora a Nicolas Maduro uno de los mayores déspotas de la región sigue viviendo y el pueblo cubano sufriendo las consecuencias.



En Argentina el barril sin fondo de una administración errónea ha llevado a un país próspero a una crisis continua en manos de una robolución. Honduras y Paraguay recurrieron a la crisis política para salir de la plaga de los bandidos populistas de la ideología populista falsa de siglo XXI y en Guatemala no les permitieron la continuidad prohibiéndole la maniobra electorera de elegirse entre parejas. Ollanta Humala del Perú como llego tarde a la piñata prefirió aliarse con los factores en poder en Perú y los grandes capitales y se ha mantenido muy cerca de la derecha.


Estos países del Alba o seguidores del “Socialismo del Siglo XXI” lo he han demostrado es que de ideología lo que tienen son las tonteras que repiten sin cesar, de resto son modelos autoritarios populistas corruptos. De ellos solo dos siguen demostrando total incompetencia: Cuba y Venezuela.

Lo único inentendible es como todavía existen socialistas serios que apoyan estos fraudes en Cuba, Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador y Nicaragua, o que la comunidad internacional no quiera llamar a estas dictaduras por su nombre y no quieran decir que en estos países no existe el estado de derecho y se violan a diario los derechos humanos.

No es justo que gestiones exitosas de Lula, Bachelet, Tabaré, Toledo, Funes, entre otros, se les iguale a las de estos matones de barrio del Alba. Esta es la gran farsa del “Socialismo del Siglo XXI”.

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