Si bien a esta plataforma se le critica por diversos errores estratégicos, también hay que reconocerle algunos aciertos en materia de unificación de candidaturas que han permitido una opción electoral de oposición al totalitarismo que mal gobierna a Venezuela por los últimos 16 años y además ha logrado criterios más o menos coherentes en las elecciones. Ha tenido muchos exitos electorales dentro de escenarios muy complicados.
Ahora la MUD se muestra claramente dividida a lo interno por algunas fracciones más o menos claras:
- Un primer grupo, que controla la plataforma, conformado por lo que internamente lo llaman el huevo frito (alianza Primero Justicia y Acción democrática) con una estrategia electoral de ir avanzando con elecciones y esperar el desgaste del gobierno para lograr negociaciones que les permita mayores elementos de poder. Es un grupo con vasos comunicantes con el gobierno de Nicolás Maduro. Se sigue afianzando en el supuesto liderazgo de Henrique Capriles, así como de la necesidad del gobierno de Maduro de tener interlocutores en la oposición.
- Un segundo grupo que fue llamado el de “la salida”, conformado por Voluntad Popular (partido liderado por Leopoldo López) , Vente Venezuela (movimiento de María Corina Machado) y el Alcalde Mayor de Caracas (Antonio Ledesma). Este grupo tiene en mente una estrategia conjunta que lleva la presión de calle con el tema electoral. Su actual enfoque se encuentra en presionar por una Constituyente y seguir calentando la calle como factor de presión ante el gobierno. Sus líderes han sido perseguidos, en la cárcel o les han quitado las posiciones políticas y tienen diversas acciones en su contra por parte del régimen.
- Un tercer grupo que va como la veleta, que se mueve en base a sus intereses, conformado por Copei, bandera Roja y otros. Dentro de esto hay diversos movimientos personalizados sin apoyo o capacidad política que se apalancan dentro de la MUD para poder seguir existiendo.
Pese a tratar de dar una visión de unidad, la MUD está dividida en estas fracciones con difícil relación entre ellas, que solo tienen en común la necesidad de una plataforma electoral única para poder participar en las elecciones. Saben que sin eso los votantes se fragmentarían tanto que no les permitiría a ninguno tener resultados medianamente decentes en las elecciones. Basta hablar con cualquier representante de alguno de estos grupos para ver la visión que tienen de los demás y lo expresan públicamente con criticas graves a otros liderazgos, partidos e incluso ver la incapacidad de solidaridad con los/as presos/as o perseguidos/as.
He visto con preocupación en diversas reuniones y escenarios internacionales como personas que representan o están ligados de una u otra forma a la MUD la presentan como una estrategia exitosa política comparada a la concertación de Chile u otros movimientos de oposición que lograron vencer a gobiernos autoritarios. La falta de modestia y pérdida del sentido de la realidad asombra y refleja parte del problema: la incapacidad de hacer una auto-evaluación y de generar procesos reales de cambio. Por otro lado para venderse como experiencia realmente exitosa se requiere haber salido de la dictadura de Venezuela de una manera pacífica. Una cosa es un avance positivo en materia de coordinación electoral y lograr una estrategia concertada electoral de diversos intereses y otra haber logrado el cambio necesario y que termine la pesadilla.
El problema que la MUD confronta es que no termina de dar el paso para transformarse de Plataforma Electoral a Plataforma de Alternativa real de gobierno, ósea una plataforma de oposición inclusiva e incluyente que tenga una estrategia clara política, económica, social y estructural para Venezuela.
La visión cortoplacista de algunos “líderes” que forman parte de la MUD (algunos de ellos responsables de diversos fracasos o errores políticos previos a la llegada del chavismo al poder o de los errores en estos años) no permite ver la necesidad de cambios dentro de la estrategia. De hecho hay algunos dentro de la MUD que deberían optar por retirarse definitivamente de la política, porque su oportunismo ha rayado ya en complicidad con el régimen de Chávez y ahora con Maduro.
La MUD requiere abrir las puertas a otros sectores académicos, empresariales, sindicales y de sociedad civil para volverse realmente una plataforma inclusiva y representativa de la gran mayoría del país que se opone a un régimen criminal e ineficiente. Seguir viéndose el ombligo no producirá resultados positivos. Lo otro es definir una estrategia que vaya más allá de los temas electorales.
Debe volverse creíble en la posibilidad de ser una alternativa de gobierno. Si nos fijamos en todas las encuestas, el gobierno de maduro continua una caída en picada, pero eso no ha implicado una subida exponencial en la apreciación del electorado en la MUD o su liderazgo. De hecho de existir una alternativa real de seguro la caída de Maduro y todos sus criminales ya sería incontrolable.
La división interna de la MUD tampoco le permite ser interlocutora creíble de algunas personas “salvables” dentro del gobierno, las fuerzas armadas, instituciones y otros dentro del régimen, que lo más seguro es que estén buscando puentes o salvavidas que les garanticen la sobrevivencia cuando el barco se hunda. Hemos visto que los que han salido del chavismo han recibido un castigo tremendo por no medir los tiempos bien, con lo que ahora tienen mayor cautela. La oposición sola no logrará el proceso de cambio, siempre requerirá que algunos de los que están adentro abandonen el barco para que finalmente se puedan dar los cambios en paz.
La falta de una posición clara con respecto a la estrategia es también un mensaje claro de fracaso. La MUD requiere de una estrategia coordinada y un objetivo común.
La falta de estrategias innovadoras de comunicación y de imagen de alternativa. La carencia de innovación y de iniciativas efectivas de ganar adeptos a la plataforma de oposición (por ejemplo el uso masivo de 3.0) y el no comprender que se debe avanzar hacia la realidad que representa entender la diversidad de la composición actual de la gran mayoría opositora al régimen.
A nivel internacional continúa la improvisación y el oportunismo. La oposición no tiene una estrategia o política internacional, lo que hay son unos supuestos expertos que aprovechan para viajar. Eso lleva a que no se aprovechen los contactos internacionales, no se esté presente en eventos fundamentales que podrían generar apoyos importantes, no se aprovechen los recursos que hay en el mundo (más de 1 millón de Venezolanos viviendo en el exterior), se bombardeen entre sí en las pocas iniciativas que llevan adelante, que tengan los peores interlocutores en países fundamentales y que básicamente se de imagen de desunión y desorden a nivel internacional.
Recordemos que por el otro lado la dictadura de Maduro compra tranquilamente votos en organizaciones internacionales y tiene de su lado la inmoralidad de gran parte de la comunidad internacional, por ello es que es necesaria una estrategia coherente/inteligente opositora.
Básicamente la MUD necesita urgentemente un proceso de diálogo y negociación experta a lo interno (conducida por facilitadores neutrales con credibilidad y respeto de todas las partes) para que pueda llevar a puntos comunes y estrategias verdaderamente coordinadas entre los actores políticos que la integran y al mismo tiempo sea capaz (ya con claridad) de abrir la puerta a otros sectores para que así si sea una verdadera plataforma democrática que sea una alternativa de gobierno. Por otro lado necesita salir del “pescuezeo” o oportunismo de pseudo expertos/as internacionales y definir e implementar una verdadera política exterior de oposición.
Para los que ven en la crisis como la salida a los problemas del país o los que piensan que esperar por añadidura que van a ejercer el poder una vez el régimen autoritario de Maduro entre en implosión, les recomiendo un poco ver la tradición historia donde vemos que no es blanco y negro el proceso de transiciones, muchas veces lo que hay es reacomodos de los factores en poder. O'Donnell y Schmitter (1986 ) ofrecían una definición útil en su excelente trabajo " La transición de Regímenes Autoritarios", donde la ven como el intervalo entre un régimen político y otro: Las transiciones están delimitadas, por un lado por la puesta en marcha del proceso de disolución de un régimen autoritario y, por otro, por la instalación de alguna forma de democracia pero también pueden significar el retorno a una cierta forma de gobierno autoritario, o el surgimiento de una alternativa revolucionaria.
Muchos académicos tienden a decir que para que se dé un proceso de transición de gobiernos autoritarios hacia procesos democráticos se requiere, entre otros factores, los siguientes:
1) La crisis en el modelo de gobierno y el enfrentamiento interno entre sus factores
2) Una sociedad civil fortalecida y activa
3) Una alternativa de oposición viable y reconocida, que pueda generar un gobierno inmediato.
4) Una estrategia internacional efectiva de los factores de oposición (clara/coordinada/efectiva)
5) La existencia de interlocutores válidos de oposición que faciliten puentes para el diálogo político
6) Una molestia social colectiva que pueda servir de catalizadora de procesos de cambio
7) Una estrategia efectiva de comunicación
Soy de los que piensa que si a diferencia de una plataforma electoral con muchos oportunistas en ella en su lugar existiera o se logrará una verdadera plataforma de oposición, que represente una alternativa real e incluyente, ya habría sido o sería el fin del gobierno criminal que sigue hundiendo a Venezuela.
Si bien se habla de diálogo con el gobierno o de estrategias una vez la crisis termine por reventar la ya casi inexistente gobernabilidad, eso no será posible si no existe primero un diálogo real a lo interno de la MUD. Eso claro, si lo que se quiere es un proceso de transición no violento en el país que traiga cambios democráticos y no un reacomodo de factores en poder.
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