Tuesday, December 9, 2014

La Vida del Consultor: Hasta que el cuerpo aguante

Hay una falsa percepción de lo “glorioso” que resulta la vida de los consultores internacionales, se piensa que están de país en país, viviendo en lujosos hoteles y ganando fortunas.

Nada más apartado de la realidad, por lo menos de la mayoría de nosotros que tenemos que estar alejados por largos tiempos de nuestras familias, perdernos reuniones familiares, eventos de los niños y vivir solos de hoteles moderados/modestos a otros hoteles similares, a veces en países bastante peligrosos y dependientes de consultorías aleatorias que a veces no son continuas.

Por otro lado, lo que no se dice es que muchos consultores son explotados por las consultoras internacionales y administradoras de proyectos, quienes reciben las ganancias de la administración y a veces la ejecución de proyectos de USAID, OTI, DRL, Unión Europea, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, BID y otros cooperantes o financistas.

Las empresas administradoras logran los proyectos en parte a la calidad de los consultores que ofrecen, cobran entre 15 y 30% por la administración de los mega proyectos que les dejan millones de dólares en ganancia pero tratan de ahorrar al máximo en el pago de los mismos consultores que les ayudaron a ganar el proyecto.

En proyectos de desarrollo social, estado de derecho, reformas institucionales, democracia, empoderamiento, derechos humanos, entre otros, es donde más se violan los derechos de los consultores.

Luce agradable ir de país en país conociendo gente nueva, pero la realidad es que uno va de aeropuerto en aeropuerto, de avión en avión y de hotel en hotel, con agendas de reuniones que arrancan a las 6 de la mañana y terminan a media noche, donde lo que uno ve de las ciudades es lo que ve en el taxi entre una reunión y otra. A veces la única hora para conocer las ciudades es tarde en la noche, lo cual por la violencia de algunas se hace imposible. Hay que hacer un ejercicio mental para recordar el número de la habitación porque tal vez es el tercer o cuarto hotel la misma semana. La paciencia de esperar los retardos en los aeropuertos y las largas horas en los vuelos son el día a día. En los proyectos se requiere ir a poblaciones apartadas usando todo tipo de transporte disponible en cientos de horas en carreteras intransitables.

La carga familiar es otro elemento que no se contempla ante el “brillo” de la vida del consultor, uno se va volviendo irrelevante en el día a día de sus familias.

Trabajar con jefes en las compañías administradoras, representante del proyecto en el país y beneficiarios trae niveles de coordinación mayores que la mayoría de trabajos, muchas veces se tiene que trabajar en horas no pagas del consultor para poder terminar los productos, porque no se puede dejar los proyectos a medias.

En un proyecto reciente la paga por ejemplo de viáticos, hotel y comida en el país se redujo a US $ 17 diarios, por un intento de la compañía de sacar ganancias adicionales a costillas de los consultores, eso da un ejemplo de las condiciones con las que a veces se debe trabajar. Seguro de hospitalización es un lujo que las compañías normalmente no dan y los procesos de pagos son retardados para que puedan sacar mayor provecho a las ganancias en intereses y colocaciones.

Por parte del reconocimiento, la labor de un buen consultor es apoyar con ideas, estrategias, acciones y planificaciones para diversos procesos/proyectos, con lo cual su labor pasa desapercibida luego que se logran los objetivos, porque al final son los logros del cliente.

Si bien hay proyectos que ya son ofertas de contratación en mano, no siempre es así. Los procesos de llamado a proyectos requieren procesos de escrutinio intenso en cada consultor, todo para sólo poder la empresa concursar, con lo que nunca se sabe si se ganará el proyecto y el esfuerzo de apoyo en cada proyecto muchas veces no es compensado y si no se logra el proyecto es inversión de tiempo/esfuerzo que se queda allí. Pueden pasar meses sin proyectos, con lo que el ejercicio administrativo se vuelve una necesidad.

Cuando trabajas en procesos de defensa de derechos humanos los gobiernos totalitarios y sus focas seguidoras te insultan, tratan de desacreditarte y amenazan.

Claro, para los consultores que nos especializamos en procesos de desarrollo social, cambios socio-políticos, derechos humanos, ambiente, poblaciones vulnerables, más allá del pago (que no es mucho) que nos puedan dar, normalmente queda la satisfacción de estar ayudando y logrando cambios importantes en diversos países. Por otro lado se suma la oportunidad de producir cambios y los amigos/as que uno va construyendo en todos los sitios que se visita.

Lo último creo que es lo que nos ayuda a seguir avanzando hasta que el cuerpo aguante.