Monday, December 9, 2019

Tráfico humano y explotación de médicos de la dictadura cubana

 

Articulo publicado en El Tiempo Latino 


OPINIÓN: Tráfico humano y explotación de médicos de la dictadura cubana

Hablamos de una esclavitud en el siglo XXI, donde el trabajo forzado de miles de cubanos contribuye para mantener la corrupción y los lujos de los jerarcas cubanos

El Dr. Carlos Ponce es Senior Lecturer, Columbia University; Senior Fellow, Victims of Communism Memorial Foundation y colaborador de ETL


Por más de 50 años la dictadura cubana ha venido usando una fachada “humanitaria” para encubrir un negocio multimillonario que esconde un sistema de tráfico humano, espionaje y explotación. El gobierno cubano viene impunemente aprovechándose de las limitadas facilidades médicas de muchos países y de compromisos políticos secretos para exportar anualmente más de 50 mil trabajadores de la salud, incluyendo médicos cubanos, a Latinoamérica, África y el Medio Oriente en decenas de países, mientras el sistema de salud de Cuba es un desastre y la gente se muere por falta de atención adecuada.
No es el sentido humanitario lo que impulsa al gobierno de Cuba con el Programa Integral de Salud. Está probado en cada uno de los países donde opera o ha operado este programa que en realidad se trata de una explotación y tráfico de los especialistas en salud cubanos para generar unas ganancias exorbitantes para los jerarcas del régimen.
Las misiones médicas no son más que un enorme mecanismo de recaudación para el régimen castrista. Para maximizar las ganancias, el gobierno cubano se apoya en dos estafas. La primera la sufren sus propios profesionales, a quienes les retienen la mayor parte del salario que paga el país receptor, así como los pone a vivir en condiciones infra-humanas, y la segunda es el cargo de servicios adicionales a los gobiernos para incrementar las ganancias del régimen.

Después de las pruebas contundentes del funcionamiento del programa en Venezuela, Brasil, Ecuador y en otros países, sabemos que los médicos cubanos solo reciben un 25% de lo que cobra el régimen a los gobiernos por ellos. De igual forma sus familias son secuestradas en Cuba para garantizar que estos médicos “cumplan” con sus funciones en los países a los cuales son enviados.

Hablamos de una esclavitud en el siglo XXI, donde el trabajo forzado de miles de cubanos contribuye para mantener la corrupción y los lujos de los jerarcas cubanos.
Un programa que aporta la mitad de los ingresos del gobierno de Cuba por el diferencial en pagos de los médicos, educadores y otros explotados. El envío de profesionales de la salud al exterior responde por once mil millones de dólares de los $14 mil millones que Cuba percibe al año por las exportaciones de bienes y servicios, eso sin contar con otros beneficios adicionales en cuanto a la estructura de espionaje y represión política que aporta otros ingresos adicionales gracias a la fachada del programa de médicos. Además hay que sumar los programas “educativos” en la isla para los cuales los gobiernos envían a estudiantes a graduarse de médicos y el gobierno de Cuba les cobra por cada estudiante.

Dependiendo de la capacidad de pago de cada país, el gobierno cubano cobra entre $1,100 y $8,000 por médico cubano al mes a los países, más los gastos de mantenimiento. El médico recibe un máximo de $400 a $800 al mes, dependiendo del país, que le ayuda a mantenerse como pueda en esa nación y enviar remesas a su familia en Cuba.
La realidad es que el gobierno de Cuba también envía espías y otros funcionarios escondidos dentro de las misiones médicas. Recientemente en Bolivia, de un grupo de 700 supuestos miembros de la misión médica, solo aproximadamente 200 eran realmente médicos; el resto eran operadores políticos del régimen cubano infiltrados en las comunidades colaborando con el control social y espiando a líderes opositores. Caso similar el de Venezuela, donde Cuba mantiene un sistema de espionaje y represión con una cobertura de médicos y especialistas cubanos apoyando al régimen de Nicolás Maduro.

Brasil es un buen ejemplo de la falta de interés del gobierno cubano de ayudar a los países, la oferta del Gobierno de Brasil de compensar directamente a los médicos cubanos con salarios reales de mercado fue rechazada por la dictadura de Cuba. Se ha reportado que se llegó a 18 mil médicos cubanos en Brasil en algunas temporadas. El gobierno cubano cobraba cuatro mil dólares por médico más otros cobros adicionales por el programa “Mais Medicos” y les daba a los galenos $800. Ese esquema le producía al gobierno de Cuba $340 millones anuales. Cuando el gobierno de Brasil hace la oferta de cambio de las condiciones del acuerdo esclavista con la dictadura de Cuba, había 8,500 médicos fijos en diferentes zonas de Brasil. Algunos de ellos se rebelaron contra la dictadura y decidieron quedarse en Brasil y demandar a la Organización Panamericana de Salud (PAHO) y al gobierno de Cuba por tráfico humano.

Como hemos visto en las presentaciones de informes sobre esta probemática, al final lo que se ha encontrado en Brasil es un plan masivo de tráfico humano para beneficio económico de la dictadura de Cuba.

Volviendo al área andina, la sombra de la violencia que vivió Ecuador contó con el apoyo de Cuba y Venezuela para desestabilizar a la democracia. Algunos operadores políticos de la isla caribeña aprovecharon la fachada del programa de médicos para coordinar la violencia. Ha sido una decisión acertada del presidente Lenín Moreno la de terminar con los convenios que mantenía el Ecuador con Cuba desde el 2007 (ese país tenía un estimado de 382 médicos cubanos). Cuba les pagaba a los profesionales 800 dólares de los $2,641 que recibía de Ecuador. Unos $15 millones por año que el gobierno de Cuba recibía en perjuicio de los médicos ecuatorianos.

En Bolivia se repetía la historia: un médico boliviano cobra unos 600 dólares al mes y el gobierno cubano le cobraba $4,000 mensuales al gobierno de Bolivia por los 700 médicos que operaban en el país. La realidad es que de esos setecientos, solo 200 eran realmente profesionales de la salud. Durante los casos de violencia que experimentó Bolivia, nuevamente se vio el intervencionismo del régimen de Cuba y su participación en hechos de insurrección. Era el caso de un país pobre como Bolivia regalando a Cuba 34 millones de dólares por año.

Como hemos visto en denuncias directas de médicos cubanos que trabajaron en Venezuela, se les exigía espiar y además contribuir con coerción y chantaje para que los usuarios de sus servicios votaran por Maduro en las elecciones. Desde el año 2000, decenas de miles de trabajadores cubanos de la salud han sido enviados a cumplir misiones en Venezuela bajo un acuerdo en el que se intercambia atención médica por petróleo. De los 60 mil cubanos que se estima tiene el régimen en Venezuela unos 21 mil trabajan en las “misiones sociales” del dictador Nicolás Maduro, eso le garantiza a Cuba unos 200 mil barriles de petróleo al día y millones de dólares pagados por servicios en los 19 años que viene operando el programa. Allí se muestra la ocupación e intervención de Cuba en Venezuela.

No solamente el régimen de Cuba explota a los médicos cubanos que están en Venezuela, allí los hace sobrevivir con menos de ocho dólares al mes y bolsas de comida conocidas como “Clap”. También los expone permanente a la violencia, violaciones y el crimen. Informes de InSight Crime revelan que los médicos cubanos han sido obligados por la dictadura a dar asistencia a miembros de grupos criminales, bandas y los llamados “pranes”, que resultan heridos en balaceras. Otros reportes indican que los obligan a falsificar informes médicos, reportes y cifras.

Pero Cuba no solamente estafa a los gobiernos de Latinoamérica, muchos países de África y del mundo árabe se han visto involucrados en esta falsa trama “humanitaria”. Recientemente varios reportes desde Qatar indicaban que el gobierno de Cuba cobraba 10 mil dólares mensuales por médico y solo daba a estos $1,000, en un esquema muy lucrativo para el régimen. Similar esquema se desarrolla en Arabia Saudita y en muchos otros países.

El régimen cubano estafa a los médicos con los pagos y los expone a trabajo inhumano. Los médicos deben cumplir un contrato de tres años, sin posibilidad de romperlo, y solo pueden volver a Cuba por razones de extrema gravedad, como la inminente muerte de un familiar directo o una enfermedad peligrosa. Su pasaporte es retenido para evitar que escapen y su familia amenazada en Cuba. El régimen laboral es de servidumbre. Algunos trabajan día por medio en guardias de 24 horas, lo que termina dando como resultado semanas con entre 70 y 90 horas trabajadas. Además, pueden pasar hasta 14 meses ininterrumpidos sin vacaciones. Los tienen viviendo hacinados y con condiciones no dignas para que el régimen pueda ahorrar dinero.

Luego de la terminación del programa de explotación de médicos cubanos en Brasil, El Salvador y Bolivia, el régimen cubano se encuentra buscando otros países a donde seguir exportando a sus esclavos. Nos preocupa profundamente el nuevo esquema de endeudamiento anunciado entre los gobiernos de México y Cuba, pese a que México ha expresado que no existe un programa federal de médicos cubanos, la forma de pago de Cuba a las deudas que asume con los gobiernos es con esclavos para hacer tareas de salud o deporte.

El nuevo gobierno de Uruguay debe también revisar esta estafa de la dictadura cubana y terminar con este programa.
Como hemos visto en las denuncias de cientos de médicos que han participado en el programa, de muchos gobiernos y muchos expertos, el “Programa Integral de Salud” de Cuba son misiones políticas y de beneficio económico para el régimen cubano y que no tienen nada de humanitarias.

Se debe continuar apoyando la documentación y la exposición de este programa en la región. De igual forma hay que apoyar a los médicos y sus familias que han sido parte de un programa de tráfico y explotación humana por parte de un régimen criminal.
Algunas democracias han sido inteligentes en suspender estas misiones. Otros países deben tomar el ejemplo que han dado aquellos que han suspendido un programa inmoral, se debe avanzar a evitar que Cuba continúe con la explotación y corrupción.

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