Friday, August 16, 2013

La hipocresía global de no llamar las cosas por su nombre

Hay personas que siguen engañadas pensando que existe una moral en la “comunidad internacional”, pero los hechos revelan que lo que existen son intereses.

Cientos de muertos en Egipto y miles de heridos por las secuelas de un golpe de Estado militar y la batalla campal con un grupo fundamentalista violento y todavía no hay nadie que quiera llamar eso una crisis, e incluso el término “golpe de estado” no se ha usado por los Estados Unidos hasta el día de hoy para evitar tener que cortar de inmediato la ayuda económica. Claro está, nadie dijo nada durante el proceso de cambio rápido hacia el fundamentalismo que llevaba el presidente electo Mohamed Morsi y su grupo del grupo político-religioso “Hermanos Musulmanes”.

Durante su primer año de gobierno, el presidente Mohamed Morsi se distanció de instituciones clave y de varios sectores de la sociedad, polarizando a niveles extremos a los simpatizantes islamistas (que apoyan a la Hermandad y a Morsi) y sus opositores, básicamente el resto de la población entre los que se incluyen miembros de la izquierda, liberales y seculares. Morsi en pocos meses se volvió peor que el gobierno autoritario depuesto anterior de Hosni Mubarak, persiguiendo organizaciones de la sociedad civil, disolviendo instituciones y controlando el poder para su grupo de “Hermanos Musulmanes” y llevando el país al islamismo radical. La crisis se agudizo a partir de noviembre de 2012 por la redacción de la nueva Constitución inconsulta aprobada por una Asamblea Constituyente dominada por los aliados de Morsi y la Hermandad, donde claramente se deja afuera al resto de la sociedad. Morsi implementa medidas similares a una ley marcial y se decreta intocable por los tribunales y pese a las protestas populares siguió imponiendo su visión de sociedad islámica radical para Egipto. Por supuesto el temor de muchos gobiernos a la represalia de los grupos fundamentalistas islámicos permitió que no se pusiera freno a los planes de Morsi. Luego que millones de personas salieron a la calle del 30 de junio al 3 de julio para manifestarse en contra de las políticas del mandatario, el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Abdul Fatth al Sisi, anunció que suspendía la Constitución y nombró a un gobierno interino hasta que se convoquen elecciones. Nuevamente los intereses han prevenido de acciones más duras contra el golpe de estado y ahora los militares en poder. Un mal contra otro mal.

Nota, no tengo nada contra el Islam, soy activista de la defensa de la libertad de religión y culto, lo que no acepto es los grupos religiosos en el manejo de gobiernos con el fin de imponer su visión y excluir. Tampoco en el uso de la violencia para la politica ni usar la religión como plataforma de violencia.

El caso de Egipto refleja como los movimientos sociales populares sin liderazgos claros son aprovechados por otros grupos más estructurados. En las manifestaciones contra Hosni Mubarak que forzaron a su derrocamiento durante la llamada “Primavera Árabe” fue la sociedad civil la que puso los muertos y los “Hermanos Musulmanes” se escondieron e incluso negociaban con el poder establecido, luego de depuesto Mubarak se aprovechan de los votos para llegar al poder para luego tratar de manipular el poder, cambiar la constitución y adaptar las leyes/instituciones a su mirada excluyente y quedarse con el poder. El depuesto Morsi es otro ejemplo claro de gobiernos elegidos democráticamente pero que pierden legitimidad en el ejercicio y se vuelven autoritarios.

Por supuesto lo de Egipto ha sido la crónica de una crisis anunciada sin que se medie en el camino lo cual desencadeno en el Golpe de Estado y en la crisis institucional, política, económica y social, algo prevenible pero la “comunidad internacional” jugaba a sus juegos de intereses.

Otro caso claro de hipocresía en Siria. Miles de muertos en Siria por una guerra interna contra un tirano asesino y como si nada, pero hay miedo de intervenir porque los grupos de Al Qaeda y otros militantes extremos son los que lideran la batalla contra el sangriento dictador Bashar al-Assad. Entre su padre Hafez al-Assad y Bashar al-Assad han gobernado desde 1970, más de 43 años de terror. Aquí la “comunidad internacional” prefiere dejar que Rusia siga vendiéndole armas al régimen de Bashar al-Assad y se mantenga la mortandad. Cuantos muertos más?, eso lo determinaran los intereses.

En África, nuevamente el octogenario dictador de Zimbabue, Robert Mugabe, se roba unas “elecciones” con la violencia y la eliminación de más de 1 millón de votos y simplemente la “comunidad internacional” ha mirado hacia otro lado. De hecho en ese país sólo ha gobernado Mugabe desde su independencia en 1979, lo que lo lleva a ser el más antiguo dictador en poder. Su reinado de 33 años ha traído es destrucción y pobreza para su país.

En Latinoamérica vemos casos patéticos de gobiernuchos inconstitucionales que se han aprovechado de la indolencia nacional e internacional. La modificación a su antojo de las constituciones de Venezuela, Ecuador y Bolivia han permitido la reelección de sus autoritarios de turno y la posterior manipulación de las instituciones en los mismos países y en Nicaragua les han facilitado nuevas re-re-elecciones. Los casos patéticos de interpretaciones judiciales en Nicaragua y Bolivia a favor de los tiranos de turno les han facilitado seguir con la tragicomedia electoral. Eso sumado al fraude de las elecciones, claro en el caso de Venezuela y Nicaragua, lo cual suma elementos de ilegitimidad de origen.

La separación del cargo de Hugo Chávez por su enfermedad que lo lleva a la muerte en diciembre de 2012 llevo consigo diversas irregularidades como la violación de la Constitución en cuanto a lo establecido para su sucesión, la firma de documentos falsos por parte del “heredero” Nicolás Maduro, donde claramente hicieron delegaciones, firmaron contratos internacionales y comprometieron a la república, lo cual es completamente irrito. Por supuesto que a la “comunidad internacional” de gobiernos no le importaba mientras se garantizaran los cheques de compra de conciencias por parte de Venezuela. Luego la elección viciada y el gobierno ilegitimo que sigue en poder, bajo supuesta influencia del fantasma de Hugo Chávez. Un régimen autoritario y corrupto que simplemente continúa o ha empeorado las políticas excluyentes de Chávez. Por supuesto que en este momento el régimen esta como si no pasara nada.

En Bolivia Evo Morales se enfila a una nueva re-elección, que por la manipulación de las instituciones lo volverán inmediatamente no democrático. Si bien los cambios en Bolivia han avanzado a menos ritmo que en Nicaragua, Venezuela y Ecuador, la nueva re-re-elección de Morales tira al suelo cualquier remanente de institucionalidad en ese país.

Y para cumbre de la hipocresía, Cuba. Luego de 54 años del régimen de los Hermanos Castro, los cubanos siguen bajo esta terrible y sangrienta dictadura. De hecho desde 1933 Cuba ha estado gobernada entre el dictador Fulgencio Batista y los Hermanos Castro. La supuesta bandera revolucionaria y el falso mercadeo de supuesta izquierda del gobierno fascista de Fidel Castro, sumado a las secuelas de la Guerra Fría, le han permitido a la gerontocracia asesina mantener el poder por más de 5 décadas. Y como si nada se traspasan el poder entre hermanos, para que Raúl castro siga la dictadura vitalicia desde el 2006.

Los falsos escritores independientes han hecho una leyenda de la empobrecida Cuba y su falsa revolución, al igual que han venido alcahueteando las falsas revoluciones Bolivarianas de los países del Alba. Bajo la premisa del no intervencionismo han facilitado que un grupo de neo-tiranos se hagan con el poder y las instituciones y se persiga a la oposición, la sociedad civil organizada y se extinga la libertad de prensa y de expresión. La elección de Cuba para presidir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) por votación de los demás gobiernos “democráticos” de Latinoamérica y su próxima reunión a realizarse en La Habana en enero del 2014, así como el apoyo de Mercosur en XLV Cumbre, es una gran burla a los principios democráticos y la mínima decencia que deberían tener los mandatarios de la región, es simplemente un agravio más a los miles de muertos y perseguidos de la “revolución”.

Las fuerzas democracitas al final quedan solas en el juego del rescate de las instituciones, por un lado perseguidas por los regímenes autoritarios y sus cómplices internacionales y por el otro lado con el riesgo de los falsos demócratas en espera de los cambios para hacerse del poder.

Realmente no se puede hablar de democracia de origen sólo por ser electo, muchas veces esa elección viene precedida de manipulaciones constitucionales y legales, o de abusos de poder o de fraude. Pero incluso una vez electos dejan de ser democráticos cuando imponen una visión sesgada de poder, cuando ignoran las instituciones, violentan el estado de derecho y violan los derechos humanos.

Dictadura es dictadura, no importa cuanto la disfracemos de democracia.

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